lunes, 27 de junio de 2011

Interpretando “Retrato del Mercader Gisze” de Hans Holbein (1497-1543).

https://es.wikipedia.org/wiki/Retrato_del_mercader_Gisze
  
    La pintura se llama “Retrato del Mercader Gisze”. El autor es un pintor alemán llamado Hans Holbein (1497-1543), le decían “el joven” porque se llamaba igual que su padre, a quién llamaban “el viejo” y  era un reconocido pintor flamenco. Hans Holbein el joven se caracterizó como un gran pintor renacentista por la fidelidad de sus cuadros con la realidad de las texturas en materiales de todo tipo, se especializó en retratos y hacia 1635 fue nombrado pintor de la coret de Enrique VIII.  El retrato del mercader de Gisze, se encuentra actualmente en Berlín y es considerada una obra de arte renacentista y del retrato alemán. Fue realizada en 1532 probablemente por petición del mismo Gisze, quién trabajaba desde 1522  en la Liga Hanseática (hansa= gremios) con sede en Londres, la liga era una federación de comunidades comerciantes.


   Ciertos detalles importantes de la pintura indican claramente la ocupación del personaje del retrato: en el primer detalle ampliado tenemos la imagen de varias cartas que pudieran ser letras de cambio, se empleaban como garantía de pago cuando no se contaba con efectivo o aún no se vendían las mercancías, eran promesas firmadas que indicaban el monto y el plazo para pagar. También se ven sellos, que en aquella época se empleaban en cualquier documento escrito, servían como actualmente sirven los sellos con logotipos de empresas, garantizan la autenticidad del documento. En el segundo detalle ampliado se ve una caja con dinero, plumas en tinteros, libros y se aprecia el momento en que Gisze escribe algo en una hoja nueva. Todos estos objetos fueron primordiales en el capitalismo mercantil.


   Los elementos del cuadro que  orientan hacia el oficio del personaje son todos los que aparecen alrededor de él, incluso se ve detrás de él una pequeña balanza (tal vez para metales y piedras preciosas), otra caja parecida a la que muestra monedas en la mesa y otro papel doblado al lado de un sello. Bueno, ya conociendo el nombre de la obra se puede confirmar que Gisze era un comerciante que gozaba de muy buena posición económica, situación que también se aprecia en su elegante ropa, su dedo índice con dos anillos y uno más sobre la mesa y la pequeña alfombra que cubre su escritorio.

EL SECRETO DE LA ACUMULACION ORIGINARIA DE CAPITAL. Carlos Marx



Ni el dinero ni la mercancía son de por sí capital, como no lo son tampoco los medios de producción ni los artículos de consumo. Necesitan convertirse en capital. Y para ello han de concurrir una serie de circunstancias concretas, que pueden resumirse así: han de enfrentarse y entrar en contacto dos clases muy diversas de poseedoras de mercancías; de una parte, los propietarios de dinero, medios de producción y artículos de consumo, deseosos de valorizar la suma de valor de su propiedad mediante la compra de fuerza ajena de trabajo; de otra parte, los obreros libres, vendedores de su propia fuerza de trabajo y, por tanto, de su trabajo.


Obreros libres, en el doble sentido de que no figuran directamente entre los medios de producción, como los esclavos, los siervos, etc., ni cuentan tampoco con medios de producción propios, como el labrador que trabaja su propia tierra, etc.; libres y dueños de sí mismos. Con esta polarización del mercado de mercancías, se dan las dos condiciones fundamentales de la producción capitalista. El régimen del capital presupone el divorcio entre los obreros y la propiedad sobre las condiciones de realización de su trabajo. Cuando ya se mueve por sus propios pies, la producción capitalista no sólo mantiene este divorcio, sino que lo reproduce y acentúa en una escala cada vez mayor. Por tanto, el proceso que engendra el capitalismo sólo puede ser uno: el proceso de disociación entre el obrero y la propiedad sobre las condiciones de su trabajo, proceso que de una parte convierte en capital los medios sociales de vida y de producción mientras de otra parte convierte a los productores directos en obreros asalariados. La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción. Se le llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital y del régimen capitalista de producción.


La estructura económica de la sociedad capitalista brotó de la estructura económica de la sociedad feudal. Al disolverse ésta, salieron a la superficie los elementos necesarios para la formación de aquélla.




Carlos Marx, El Capital. Crítica de la Economía Política, Tomo 1. México, Edit. Fondo de Cultura Económica, 1964.

David Livingstone. El blanco que amó a África.


Nació en Blantyre, Escocia en 1813. Criado dentro de una familia muy religiosa creció oyendo hablar de un misionero chino llamado Gutzlaff por el cual todas las noches oraba junto a su madre.

Trabajaba en la fábrica de algodón en una creciente Inglaterra que se abría paso económicamente gracias a la Revolución Industrial.

De familia pobre, al cumplir 9 años de servicio en la fábrica ascendió de puesto y así pudo concluir sus estudios en Medicina en la Universidad de Glasgow. Conmovido por la ideología de Inglaterra al querer evangelizar a los pueblos lejanos, Livingston decide integrarse a la Sociedad Misionera de Londres y en 1840 es ordenado sacerdote protestante. Impedido para ir a China a causa de la guerra, los misioneros acuerdan junto con él enviarlo a África, ya que se tenían aún mapas con zonas en blanco, lo que significaba la existencia de aldeas lejanas y desconocidas. Partió en 1841.

El viaje de Glasgow a Ciudad del Cabo fue de tres meses, después tuvo que ir en un carro de buey a Curumá, a donde llegó después de dos meses. Pasaba mucho tiempo entre los nativos para aprender su lengua, en una carta a un amigo explicó que había encontrado 32 clases de raíces comestibles y 43 de árboles y arbustos frutales que crecían en el desierto de manera natural.

Su primera misión la estableció en Mabotsa, fue ahí donde tuvo el encuentro con el león que le dejó incapacitado un brazo que nunca sanó del todo.

Se casó con María, la hija mayor del misionero Robert Moffat de Curumá, y con quien tuvo 6 hijos.

En 1849 cruzó el desierto del Kalahari al lado del británico William Cotton Oswell descubriendo el lago Ngami, la Real Sociedad Geográfica le otorgó como recompensa 25 guineas por el descubrimiento de nuevas tierras y un gran lago. En 1851 descubre el río Zambeze que es el más grande de África.

Después de embarcar a su familia rumbo a Inglaterra, inició un viaje de exploración de El Cabo a Kuruman y Luanda, después desde el Atlántico hasta el Índico por las cataratas del Zambeze, el viaje duró tres años, de 1853 a 1856 durante los cuales su fama llegó a Inglaterra. Después regresó al Reino Unido donde estuvo un año y escribió “Viajes  misioneros” , obra que alcanzó mucha circulación, para después regresar  con 6 expedicionarios más a África, al lago Nyassa por el Shire en donde además de estudiar las llanuras, se dedicó a evitar el problema de trata de esclavos, el cual le preocupaba mucho.

Su esposa se le unió en 1862, pero muere de fiebre ese mismo año y fue sepultada en los márgenes del río Zambeze, esto ocurrió durante la segunda expedición financiada por el gobierno británico (1858-1864) cuyo objetivo era explorar el Zambeze como vía de penetración a África, pero la cantidad de cataratas encontradas frustraron los planes de Inglaterra.

La tercera y última expedición que haría Livingston fue de 1865 a 1873 donde exploró los alrededores de los lagos Nyassa y Tanganika, en éste periodo enferma gravemente en Maniuema, no escribe ni recibe cartas durante casi dos años, razón por la cual envían a Henry Stanley del diario New York Herald debido a la insistencia de millares de lectores. Stanley y Livingston se encuentran en Ujiji y pasaron juntos el invierno de 1871, en 1872 se separan ante la negativa de Livingston para volver a Inglaterra.

En 1873 decide explorar el Luapula para verificar si era éste, el nacimiento del Nilo o del Congo, debido a la humedad de la zona de nuevo cae enfermo y tuvo que ser trasladado en hombros por sus compañeros de viaje, indígenas todos. Llegaron a la aldea de Chitambo en donde se improvisó una cabaña, y ahí, el 1 de mayo de 1873 Livingston fue encontrado muerto, de rodillas al lado de su cama. Su corazón fue enterrado debajo de un árbol en Chitambo y su cuerpo fue trasladado a Inglaterra y sepultado en la abadía de Westminster, al lado de reyes y héroes de aquella nación.

Livingston fue el primer blanco que atravesó África. Sus diarios, escritos y conferencias durante sus cortas etapas en Inglaterra despertó el interés por África incitando a la carrera colonizadoras de las grandes potencias, sin embargo, la intención real del misionero fue evangelizar a las aldeas lejanas, generar curiosidad científica por ese continente y erradicar la esclavitud de la que era objeto el continente nuevo.


Imagen: paseandoporlahistoria.blogspot.com

http://www.siguememas.com/misiones/temas/00005_mi_david_livingstone_biografia.htm

La Batalla del arroz. Guilles Aillaud 1968.


“La batalla del arroz” es una imagen representativa del arte de Gilles Aillaud, pintor y escenógrafo francés nacido en 1928 y uno de los principales precursores de la escuela francesa llamada Nouvelle Figure y Figuration Narrative. El cuadro fue realizado en 1968, durante la guerra en Vietnam.

La imagen tiene elementos que participan en la composición como simbolismos. Vemos a una mujer vietnamita ataviada a la usanza militar y que con el rostro erguido lleva como prisionero a un soldado rubio, seguramente norteamericano. La diferencia se encuentra en la actitud de derrota que tiene la imagen del soldado extranjero mientras caminan ambos por un campo de arroz que se une a otros más lejanos y en conjunto hacen un paisaje extenso de cultivos de arroz. Trabajadores agrícolas se mantienen agachados sin descuidar su labor y otros más jalan bueyes.

   La mujer vietnamita podría representar a su nación: pequeña, austera y casi descalza pero con determinación, lleva derrotado a un soldado norteamericano más fuerte, más alto y mejor equipado que ella. Tal vez Aillaud profetizó en esta imagen la derrota vergonzosa que sufrió EU años después y que le valió la pérdida de confianza a sus gobernantes. El paisaje me transmite el sentido de unidad que deseaba la nación, un campo de arroz unido a otro y a otro más hacen en conjunto un enorme territorio próspero en donde se cultiva el producto representativo nacional: el arroz. Todos los personajes del fondo están trabajando, así fue durante la guerra, todos participaron con su trabajo.

            Los colores utilizados por el autor son muy definidos, en color oscuro están los personajes trabajando y la mujer haciendo que sobresalgan de la composición de colores y contrasten con el deslavado color café del soldado derrotado. La idea de representar a una mujer soldado y no a un soldado varón nos recuerda la importancia de la participación de la mujer vietnamita en la lucha armada, en los campos de cultivo y en las diferentes actividades que se desarrollaron debajo de la tierra.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Nuestro compromiso con la historia.

    Hace muy poco leí una frase del maestro Rolando Pérez (Etnomusicólogo) que comparto textual: "En ocasiones la historia se está haciendo ante nosotros, mientras quizás, estamos mirando hacia otro lado."  La reflexión que obtuve reafirmó la aversión que tengo con las personas que no importando su nacionalidad, status social, cultural o económico se niegan a cuestionar, debatir o discutir los acontecimientos políticos del entorno, no han entendido aún que actualmente es la política lo que rige al mundo, afortunada o desafortunadamente es así. La historia es construye día a día y no sólo se debe atestiguar, sino analizar, cuestionar y reflexionar de manera que se quede en la memoria, en la colectividad, pero no una versión oficial contada, sino la versión que se fue construyendo con los hechos ante nuestros ojos, sobre todo, ante nuestras consciencias.


   Hace poco surgió en Internet una férrea pelea entre una página electrónica y el monstruo opresor (para algunos) que actualmente se mira como al tirano del actual neo-imperialismo, si en un tiempo fue Grecia la que cayó ante Roma y después Roma cayó ante el cristianismo, ahora es Estados Unidos quien cae estrepitosamente (y aparentemente) ante un sitio en internet llamado Wikileaks. El gigante capitalista que va saliendo de una crisis económica muy fuerte y debilitado por sus políticas bélicas queda vulnerado ante el mundo, se revelan los secretos de su política exterior, estaban tan ocupados en la seguridad de su nación, blindaron cielo, tierra y agua pero nunca imaginaron que el "ataque" vendría del mundo "etéreo" y resulta increíble y hasta cómico que no hayan pensado en blindar sus sistemas cibernéticos y la información confidencial que circulaba por sus "redes" (muchos sospechan plan con maña).
La realidad es que la historia aún comienza, se dice que la figura a quien están atacando es únicamente el administrador del sitio Julian Assange, pero detrás hay una pequeña sociedad estructurada que es dueña de la página, verdad o mentira la situación apenas se va encaminando...¿a qué? Recordemos que todo este "balconeo" se da enmedio de disputas territoriales y políticas entre las dos Coreas (la del Norte declaró abiertamente que poseía armas nucleares en claro reto a Estados Unidos), China se ha mantenido al margen pero ¿si saben a quien apoya este gigante dormido verdad? 
   Se cree que con la publicación de estos documentos producto del espionaje, se sembrará la desconfianza entre los líderes del mundo, pero eso a Estados Unidos no le preocupa, el secretario de Defensa estadounidense Robert Gates se atrevió  decir que los países con los que se tiene tratos comerciales no están motivados por la simpatía, algunos le temen, otros le respetan pero en general, todos lo necesitan, este cinismo deja claro que el interés de esta nación "desnudada" no es aclarar lo publicado, eso es lo de menos, su interés es mantener las cosas como están.


   En su política exterior, Estados Unidos utilizó la palabra "terrorismo" como un pretexto válido al invadir un país con la idea de "salvaguardar la seguridad mundial" y hace algunos días numerosos políticos estadounidenses dejaron "navegar sutilmente" por las agitadas mareas del debate sobre Wikileaks la palabra clave: "Terrorismo". ¿Quién está realmente detrás de Wikileaks? ¿Realmente a Estados Unidos se les salió de  control su "información confidencial"? ¿¿Se estará conformando algún organismo internacional (dirigido por Estados Unidos claro!) que regule la internet?? Hackers ciberactivistas han amenazado con ataques en apoyo a Wikileaks, específicamente a Assange y están clonando el sitio para hacer más difícil su erradicación. Apenas el 4 de diciembre la red internacional de Partidos Pirata publicó una declaración en apoyo a wikileaks: "Nosotros, el conjunto del movimiento pirata libremente apoyamos a Wikileaks y a las personas que lo ejecutan actualmente, en momentos en que el sitio está muy amenazado.
Creemos que todos los intentos para detener el sitio son un ataque a los valores fundamentales de la democracia, algo que no podemos aceptar. Sólo las dictaduras efectúan actos de este tipo y no tienen cabida en un mundo democrático.
Condenamos asimismo, las amenazas de muerte directa e indirecta expresadas por gobernantes.
También pedimos a todos los políticos y gobernantes que protejan activamente de abusos a las personas que hay detrás Wikileaks."

   La historia se está construyendo y estamos siendo testigos.

   La información que recibimos es responsabilidad únicamente de nosotros, busquemos, preguntemos, cuestionemos y analicemos. Participemos activamente en nuestra historia, la de nuestro país, la de nuestro planeta.


  Comparto dos artículos muy interesantes, uno de un historiador que escribe para el diario español "El país", diario al que Wikileaks le ha compartido algunos documentos.







Periódico El País, Madrid, 03/12/2010


Secretos de Estado

JULIÁN CASANOVA

Los historiadores necesitamos años, décadas, para averiguar los hechos más relevantes del pasado, reconstruir el curso de los acontecimientos, sacar a la luz las intenciones de sus protagonistas. Una mirada rigurosa a la historia exige para nosotros, necesariamente, la aplicación de métodos críticos para evaluar las fuentes, la adopción de técnicas reconocidas para presentar y editar el material y un notable ingenio para detectar los errores en la transmisión de la información y determinar la fiabilidad de los testimonios individuales.

Y, de repente, en apenas unos días, la filtración de una masa ingente de material diplomático, obtenida por Wikileaks y divulgada por algunos de los más prestigiosos medios de comunicación internacionales, proporciona una minuciosa crónica de la relación de Estados Unidos de América, el país más poderoso de la Tierra, con el resto del planeta. Un cuarto de millón de mensajes de más de 250 Embajadas, algunos enviados este mismo año. Estamos, sin duda, ante una ruptura de las leyes generales y de los principios morales que habían regido hasta ahora el conocimiento de las relaciones internacionales y del balance de poder entre los grandes Estados. La historia se acelera y ya no podemos aspirar a comprender las cosas pasado el tiempo, con el obligado reposo de las fuentes en los archivos, con el uso de métodos críticos para interpretar los textos y la información. Tiene que ser ahora, hoy mejor que mañana, aunque eso pueda conducir a una versión mutilada y deformada de los hechos.

No resulta extraño, por lo tanto, que tanta revelación, previamente secreta, sobre la estrategia militar y política de los servicios de inteligencia norteamericanos haya hecho saltar las alarmas de una parte sustancial de la diplomacia internacional. Estados Unidos se enfrenta a una crisis diplomática de imprevisibles consecuencias. Y todo ello ocurre en un momento de quiebra económica aguda, en medio de una notable ausencia de liderazgo político y con varios frentes de guerra y amenaza terrorista abiertos en el mundo. Es para estar preocupados, aunque algunos piensen que solo "los otros" deberían estarlo. Porque las complejas conexiones que una red de informantes esparcida por el mundo tejía en secreto han quedado al desnudo.

Es difícil no reconocer, por otro lado, el gran salto adelante que todo esto supone para el conocimiento de cómo funciona el poder; un poder, en este caso, con una ya larga historia de agresividad imperialista, de crítica y destrucción de las posiciones contrarias a sus intereses. Bajo la aparente defensa de un orden político y económico beneficioso para el capitalismo y la democracia, aparecen ahora pruebas sólidas de la subordinación de ese orden a las exigencias de la política exterior norteamericana en Europa, Oriente Próximo o China.

En esos miles y miles de mensajes, de información diplomática elaborada la mayoría de ella en la última década, aparecen grandes temas e ilustres personajes, desde el terrorismo yihadista a la proliferación nuclear, pasando por las estrechas relaciones entre Vladímir Putin y Silvio Berlusconi. La relevancia de esos documentos oficiales la resumió The New York Times en la nota que dirigió a sus lectores el pasado domingo 28 de noviembre para explicar las razones de su difusión: se trata de prestar un importante servicio público, aclarando "los objetivos, éxitos, compromisos y frustraciones de la diplomacia estadounidense". Eso es lo que han pensado también las otras cuatros publicaciones que, de común acuerdo y tras semanas de análisis minucioso, han tomado la misma decisión: The Guardian en el Reino Unido; Der Spiegel en Alemania; Le Monde en Francia y EL PAÍS en España.

Este puede ser el origen de un gran debate internacional. Porque, desde la perspectiva norteamericana, como ha aclarado su ministro de Defensa, Robert M. Gates, los otros Gobiernos, cuando mantienen relaciones con Estados Unidos, también defienden sus propios intereses. Algunos temen su poder, otros lo respetan y la mayoría necesitan a Estados Unidos, todavía, por lo menos hasta hoy, "la nación indispensable".

Las filtraciones afectan fundamentalmente a Estados Unidos, entre otras razones porque Julian Assange, el fundador y principal organizador e ideólogo de Wikileaks, ha considerado más relevante y provechoso centrarse en el gran imperio. Pero al ritmo que se mueven las nuevas tecnologías, van a surgir nuevos competidores que reclamen que esa misma transparencia se extienda a otros países.

Revelar lo profundo, los recónditos mecanismos que ponen en marcha las relaciones internacionales, el funcionamiento de la política. Ese es el lado positivo y feliz del ineludible derecho a la información y de la necesidad de comprender que tenemos como ciudadanos de las democracias. La información y el conocimiento no deberían generar inestabilidad ni la ruina del sistema. Son las malas políticas, las que pierden el contacto con la realidad, y la voracidad de muchos capitalistas y grupos financieros las que pueden provocarlas. La nostalgia por el mundo próspero que se fue, incluidos los buenos tiempos de la diplomacia, no sirve de nada. Necesitamos otra organización, un cambio de rumbo. Antes de que se apaguen las luces que todavía nos quedan.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.



Periódico El País, Madrid, 02/12/2010


Washington al desnudo

JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA


La difusión por parte de Wikileaks de un volumen ingente de telegramas pertenecientes a Estados Unidos ha dado lugar a un festín informativo global. Todo ello a costa de la imagen y el prestigio de la diplomacia del que sin duda, y más a la luz del contenido las filtraciones, sigue siendo el país más poderoso del mundo. El daño para Estados Unidos es tremendo: pero no porque sus políticas vayan a cambiar (al fin y al cabo esas políticas responden a y reflejan sus intereses), sino porque ponen al descubierto de manera singular la crudeza con la que se ejerce el poder en el ámbito internacional. Hasta ahora, sabíamos que EE UU era poderoso porque todo el mundo se acomodaba a sus políticas, pero realmente no sabíamos cómo lo lograba. Imaginábamos, claro está, que había codazos y empujones, pero no sabíamos, por ejemplo, con cuánto énfasis y perseverancia podía la Embajada de EE UU acosar al poder ejecutivo y judicial de un país aliado y amigo como España para lograr salirse con la suya en los casos que afectaban a nacionales estadounidenses. Tampoco sabíamos hasta qué punto los gobiernos, incluso los aparentemente más antiamericanos, pugnaban entre sí por, en privado, congraciarse con Washington y compensar sus excesos retóricos en público.

En contraste a los Estados democráticos, que asientan su legitimidad en el principio de la mayoría, las relaciones internacionales parten de la desigualdad entre los Estados y la asimetría de poder entre ellos. Como concepto, la idea de razón de Estado aúna dos elementos lo suficientemente sólidos como para garantizarle una entidad sustancial. Lo mismo con la idea de intereses nacionales. Razón, nación, Estado, interés: si estos son los mimbres con los que se tejen las relaciones internacionales y los principios que permiten a sus operadores, los diplomáticos, ejercer su trabajo, es evidente que todo ello merece consideración y estima. Pero cuando vemos cómo se defienden exactamente esos intereses o qué tipo de conductas amparan, lo que queda en evidencia es la incompatibilidad esencial entre las reglas que rigen la vida política dentro de una comunidad (democrática) y las reglas que rigen la vida política entre esas mismas comunidades.
El canciller Bismarck justificó en una ocasión la necesidad de mantener a los ciudadanos alejados del proceso político con el argumento de que los ciudadanos querían comer salchichas, pero no saber cómo se hacían. Gracias a Wikileaks, hemos entrado en la sala de despiece del Departamento de Estado estadounidense y hemos tenido la oportunidad de ver cómo se manufacturan los diferentes productos y cómo se adaptan a los diferentes mercados (amigos, enemigos, amigos de mis enemigos, enemigos de mis amigos, etc.).

El daño no es irreparable, porque como muy cínicamente ha manifestado el Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, "los gobiernos del mundo no tratan con nosotros porque que les gustemos, ni tampoco porque confíen en nosotros; ni siquiera porque crean que somos capaces de guardar un secreto". "Unos gobiernos", continúa Gates, "tratan con nosotros porque nos temen, otros porque nos respetan, pero la mayoría lo hace porque nos necesitan". Y concluye: "Seguimos siendo la nación indispensable". Dicho de otra forma, si Estados Unidos es un problema para alguien, ese es su problema, no el problema de Estados Unidos. Ni siquiera Maquiavelo lo hubiera podido formular mejor.

Muchos medios de comunicación envidian estos días a los periódicos que se han hecho con la exclusiva de las filtraciones. Pero probablemente también, muchos servicios diplomáticos, leyendo los telegramas del Departamento de Estado, no puedan evitar ser corroídos por la envidia. Realmente son tan buenos los diplomáticos estadounidenses, que consiguen todo lo que quieren, ¿o es que directamente tienen tanto poder que da igual lo buenos o malos diplomáticos que sean?

Estados Unidos sobrevivirá a esta crisis. Pero da escalofríos pensar qué ocurriría si una filtración tan masiva y tan dañina como esta le ocurriera a Madrid, París o Londres: ¿podrían contener los daños de forma tan cínica y pasar página como lo pretender hacer Robert Gates? ¿O sería el fin de sus diplomacias? A partir de ahora las cosas no serán igual: todos los diplomáticos van a tener problemas a la hora de recopilar información útil de fuentes de confianza. Pero unos lo tendrán más difícil que otros porque, como muestran los telegramas, unos Estados son más iguales que otros.

jitorreblanca@ecfr.eu