lunes, 4 de enero de 2010

Características del Realismo y Realismo mágico en los personajes y acciones de “Anacleto Morones” y “San Antoñito”

"Anacleto Morones" de Juan Rulfo
"San Antoñito" de Tomás Carrasquilla




En ambos textos de autores latinoamericanos podemos apreciar la característica más clara del realismo mágico: la búsqueda de la identidad cultural del hombre latinoamericano. Dicha búsqueda no es de los personajes, sino del autor al cuestionar las costumbres y creencias que viven las sociedades de su tiempo, también se provoca en el lector una reflexión sobre ello ¿Hay que perder la fe en la iglesia, en Dios?
Derivada del Realismo literario de finales del siglo XIX, el realismo mágico presentado mediante “Anacleto Morones” y “ San Antoñito”, pretende mostrar la realidad usando un lenguaje sencillo, coloquial y con giros costumbristas, se reconoce aquí la imperfección humana, los personajes son crédulos presas del engaño, charlatanes, mentirosos e hipócritas.


El Realismo mágico literario aparece en estos cuentos vía religión, una religión latinoamericana que genera santos al por mayor. En México, con la sentencia de que nuestros dioses nos abandonaron, venimos arrastrando una necesidad de creer, de tener fe y Juan Rulfo retrata muy bien esto en “Anacleto Morones”, la figura de Lucas Lucatero es como la voz de la conciencia que nos dice que no todo el que reza es santo, la necesidad de creer es representada en la bola de mujeres que llega a buscarlo, negándose a la verdad, no quieren ser despojadas de lo único que le queda a la sociedad mexicana de ese tiempo que sumidos en la pobreza no quieren dejar de tener fe porque es lo único que les queda. A diferencia de Lucas, Damián de “San Antoñito” resulta ser un hombre sin escrúpulos que abusa de esa necesidad de creer para conseguir sus metas mientras Lucas Lucatero intenta mostrar la verdad sobre sus creencias.
Rulfo sitúa su historia 15 años después de la guerra de los cristeros, lo leemos cuando dice: “¡Uh!, desde hace como quince años. Desde que me iban a fusilar los cristeros. Me pusieron una carabina en la espalda y me hincaron delante del cura y dije allí hasta lo que no había hecho. Entonces me confesé hasta por adelantado.” “Anacleto Morones” fue publicado en 1953, o sea, 10 años aproximadamente después de la historia contada, esto nos sitúa en una sociedad mexicana que estaba dejando atrás el nacionalismo nacido de la Revolución, otro rasgo del realismo mágico se muestra así pues “Anacleto Morones” forma parte de los cuentos El llano en llamas, una obra que valora el pasado indígena.


Tomás Carrasquilla publica “San Antoñito” en 1899 cuando la sociedad colombiana sufría el inicio de la guerra de los mil días contra Panamá, una sociedad desilusionada y pesimista que al igual que la de Juan Rulfo necesita creer, sociedad que al igual que a la de Rulfo quieren despojarla de su fe representada aquí con la religión.


En ambos textos se invita a la sociedad de la época a cuestionarse sobre su identidad y valores con respecto al mundo, en Carrasquilla se toca también el tema de la relación entre las sociedades del campo y la ciudad, medio del cual se valió Damián para llegar a la ciudad y progresar.


Ambos autores utilizan un lenguaje claro y con regionalismos, también nos presentan ciertas costumbres que quedan en el relato literario como testimonio documental, por ejemplo, los tejidos colombianos tan apreciados, hechos de manera artesanal, la forma en que se llegaba al campo que era por medio de conocidos a casas de familias que les otorgaban comida y techo en el texto de Carrasquilla y en cuanto a Rulfo el agua de arrayán que tomaban en la región, el oficio de santero que seguía a las peregrinaciones para vender imágenes, el clima y el paisaje de San Juan de Amula, Jalisco en aquélla época, etc.

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