Es una novela en donde personajes reales y ficticios se entremezclan de manera exquisita, el mismo autor entra y sale de la historia en momentos clave para enlazar ideas que se mueven dentro de la historia. Realmente la inmortalidad se busca y se trabaja? o es una ruleta azarosa que golpea con todo su peso al hombre?? Kundera habla de la ideología y de su contraparte: la imagología. La historia comienza cuando la imagen de una mujer realizando un gesto atrapa la atención de Milan Kundera, inicia una pregunta que dura durante toda la lectura del libro: que es la inmortalidad? qué nos hace inmortales?
Se entremezclan las historias del inmortal Goethe, de Rubens, de Agnes, de Kundera... hasta donde somos mortales y donde comienza nuestra inmortalidad? qué relación hay entre nuestra imagen y nuestro verdadero yo? Todo en el libro se resume en un apasionante e interesante punto de vista sobre la imagen y la idea, la búsqueda de la inmortalidad a través del trabajo, la familia, el amor, la sexualidad...y el enfrentamiento a la mortalidad estando aún vivos. Como el mismo autor lo dice: "...es una novela dentro de una novela..."
Lo mejor:
"La cama matrimonial:el altar del matrimonio; y quien dice altar dice con ello: sacrificio. Aqui se sacrifica el uno por el otro: a los dos les cuesta dormirse y la respiración del otro los despierta, por eso se desplazan hacia el borde de la cama, dejando en medio un amplio espacio libre; fingen dormir porque creen facilitar asi el sueño de su compañero, quién podrá dar vueltas a un lado y a otro sin temor a molestar: Desgraciadamente el compañero no lo aprovecha porque él también (y por el mismo motivo) fingirá dormir y temerá moverse. No poder dormir y no poder moverse: cama de matrimonio"
"La inmortalidad de la que habla Goethe no tiene, por supuesto,nada que ver con la fé religiosa en la inmortalidad del alma. Se trata de otra inmortalidad distinta, completamente terrenal, de la de quienes
permanecerán tras su muerte en la memoria de la posteridad."
Frases favoritas:
"Porque lo que a todos les importa es la admiración y no el placer. La apariencia y no la realidad. La realidad ya no significa nada para nadie. Para nadie."
Datos personales
- Edith
- Siendo la red tan grande y con millones de personas alrededor del mundo conectadas al mismo tiempo, imagino un gran oceáno donde cada ente habita una isla y desde ahí se conecta con otro solitario náufrago, intentan comunicarse de distintas formas, unas muy directas y otras no tanto. En este espacio he querido escribir lo que me interesa y lo que me inquieta, tal vez sea como lanzar un mensaje dentro de una botella al inmenso oceáno y esperar que alguien, en algún lugar lo encuentre. Algunos textos fueron recolectados de varios sitios en donde hace algunos años escribo, los quise dejar tal y como los encontré, incluidos errores de ortografía y de escritura porque muestra la maduración que he tenido durante el tiempo que llevo en la red. Otros textos son actuales, se identificarán por que seguramente no habrá más de dos entradas con la misma fecha. Somos seres cambiantes, en constante evolución, yo no soy la misma que hace 5 años y segura estoy que dentro de otros 5 años tampoco seré la misma que hoy, el cambio nos fortalece, nos aleja y acerca irremediablemente de lo que nos rodea. Ahora lanzo desde mi isla la primer botella esperando que alcance buen puerto.
2 comentarios:
El hombre cansado mira desde la ventana, mira la copa de los árboles y pronuncia para si sus nombres: castaño, álamo, arce. Y esos nombres son bellos como el ser mismo.
La inmortalidad es una ilusión ridicula, una palabra vacía, un viento atrapado en una red de mariposas, si la comparamos con la belleza del álamo al que el hombre cansado mira desde la ventana. Al cansado anciano la inmortalidad a no le interesa en lo absoluto.
Kundera, sobre Goethe, "La Inmortalidad", página 95
Después, esta segunda etapa de la vida, el hombre es incapaz de apartar los ojos de su muerte , y luego, viene la más breve y misteriosa, de la que se sabe y se habla poco: La muerte está tan cerca que mirarla se vuelve aburrido.
Paráfrasis de "La inmortalidad", Milan Kundera, página 91
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